Solamente unas
líneas, aunque debería escribir
un libro. Andy Murray
ha logrado lo
que hace un
año parecía imposible. Lo que
hace un año
fue una frustración
a manos de
Federer. Hoy Murray se ha unido
a un tal
Alex Ferguson que
lo hizo todo
con el Manchester
Utd, a un Kenny
Dalglish que es
el Rey de
Anfield, a un Kenny
Burns que brego
con ese olvidado Nottingham
Forest y al histórico
Sir
William Wallace que
peleó por la
independencia escocesa.
Graeme
Souness y Alan
Hansen levantan la
Copa de Europa, pero
fue con el
Liverpool. Archie Gemmill hace
el gol más
hermoso de Argentina
78, pero Escocia es eliminada
en primera ronda. John Wark
realiza el sueño
de un modesto Ipswich Town, y Jim
Leighton junto al
temperamental Willy Miller
convierten al Aberdeen
en campeón de
Copas.
Tanta historia
tras la malla
azul de Prusia y
que hoy vestida
de blanco vuelve
a alcanzar la cúspide,
tan lejana en
algún momento, pero cuya
realidad demanda que
el tiempo puede
ser un gran aliado y
también el más
despiadado verdugo. Escocia está
entre los grandes, y
vaya que le
ha costado llegar.
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