En el fútbol
una adquisición puede
darte un buen
principio pero no
te asegura un
buen final. Los minutos
están agotándose y la oportunidad
de comprar se
escapa de las manos. Mesut Ozil
sabe que ya
no jugará en
el Madrid, lo tiene
claro y por
eso a un
año del Mundial
hay que buscar
minutos y que
mejor que hacerlo
en el simpático Arsenal
de Inglaterra.
Rota la relación
con Ancelotti, porque no
hay otra explicación, el artista
alemán abandonó España buscando
un refugio que
le pueda dar
cobijo en los
próximos meses. El Madrid
no ha ganado
con este traspaso
pese a los
47 millones de
Euros que el
Arsenal ha pagado
por el teutón, lo
que el club
blanco ha hecho es
cambiar un mediocampista
imaginativo por un
corredor de 100
metros planos.
Lo hecho hecho
está. Wenger sabe que
su equipo carece
de esos puntales
de experiencia que
se necesitan para
ganar títulos, trofeos que
se le escapan
al conjunto londinense
y que siempre
ponen en duda
la continuidad del
estratega francés. Lo de
Ancelotti más pasa por ganar
la décima, poca cosa, pero
sin duda los 91 kilos
pagados por Bale son un
motivo que exige pero
que no garantiza
nada.
Vaivenes de millones
y compras de
última hora. El Madrid
tiene lo que
quiere y el
Arsenal adquiere lo que necesita. Mago y
velocista harán lo
posible por rendir, uno
está consolidado y
el otro es una
moneda al aire, uno
no tiene toda
la responsabilidad y
el otro se
prepara para ser
el centro de
atención.
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