Escribir de fútbol es hermoso. Los millones quedan al
margen, para qué manchar unas
líneas netamente balompédica
con unos billetes
que no nos
acompañaran al otro
mundo. Gareth Bale es
el fichaje estrella
de la temporada, pero Erik
Lamela es la
compra más cara
del Tottenham.
No podemos decir
que es el
sustituto de Bale, eso
sería caer en
la demagogia de
opiniones y no
hacer un análisis
a conciencia. El galés
es un torpedo
incontenible, Erik también es
vertical, pero aparte de
ser ambidiestro y
rápido no es
egoísta, algo en lo que
el ex jugador
del Southampton suele
recaer.
Lamela es decidido, no
tiene un terrorífico
disparo, aunque con una
acción individual puede
hacerse el espacio
para empezar sus
cabalgatas interminables. Un contragolpeador común, sufre
cuando no dispone
de espacios, y pese a su velocidad no cuenta con
la potencia de un tren.
Lamela verdad que el Tottenham se
ha hecho con
un gran jugador. La Roma
perdió demasiado y
le costará mucho, pero
30 millones son
suficientes para ahogar
una pena y
pensar con optimismo en el futuro. Escribir de
fútbol es hermoso
y el dinero
ayuda a hacerlo
más placentero.
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