Nada de
bengalas ni de
reyes del pop. Los
ligamentos cruzados nuevamente. Seis meses
fuera para Radamel
Falcao, es decir, pensar en
el Mundial, en este
momento, solo se basa
en milagros celestiales. Con el
paso de los
días me doy
cuenta que el
fútbol, sin duda, es lo
más importante de
lo menos importante.
Un Mandatario
dando la fuerza
moral. Los galenos hablando de
lo suyo y de
una posibilidad, por ahora, todavía nula. Todo
es posible y
nada puede resumirse
a la esperanza
de una recuperación
anhelada. Portugal es el
centro de atención, allí se
dio lugar la
intervención al “tigre”
y por allí
también golea su
seguro sustituto, el “dragón” Jackson Martínez.
El goleador
del Porto sabe
que su favoritismo
para hacerse con la nueve
de la selección
es inapelable, pero igualmente
es mejor guardar
silencio y no
caer en una
herejía hacia el
compañero caído. Ni Vaca (Sevilla), ni Ramos (Hertha), ni el
olvidado Hugo Rodallega (Fulham) tienen
más oportunidades que
el ex jugador
del Jaguares de
Chiapas, pero ojo, no se
debe decir nada ya que
hasta el último
día la ilusión
de Falcao es
la de todo
Colombia.
Es probable que Radamel no llegue a la Copa del Mundo, y si lo hace la pregunta es ¿En qué condiciones físicas y futbolísticas llegará?. Su ritmo lógicamente no será el mismo al estar inactivo varios meses y a esto hay que añadirle el tema psicológico, sobre todo cuando se practica un deporte de contacto como el fútbol.
Lo mediático
no puede torcer
la opinión general. A rey
muerto, rey puesto. Jackson Martínez
no dice nada
y es mejor no
hacerlo. Hay que esperar
a Falcao, pero nuestros
deseos nunca deben
anteceder a la
razón, ni en la
vida ni tampoco
en el fútbol.
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