Un equipo
de moda demanda
una emigración masiva. Colombia disfruta
de una generación cuantiosa
que le da
la posibilidad de
escoger, pero dentro de
esa depuración hay
desafortunados que no
verán, al menos por
ahora, los campos mundialistas.
Esta
escena
ya la hemos
visto antes y
en base a los resultados
se dirá quien
falta o quien
debió estar. Viajemos imaginariamente a
Portugal para observar
a Juan Fernando Quintero y su
mala relación con
Paulo Fonseca, técnico
del Porto.
Es
sabido
que el ex
jugador del Envigado, como muchos, tiene
sus ojos puestos
en la Copa
del Mundo, el único
problema es que
la manija de los
dragones no piensa
de la misma
forma y lo
ha dejado muy
en claro:
“Yo no soy seleccionador, soy el entrenador del Porto y por lo tanto los
objetivos del club están por encima de cualquier interés de los jugadores. Yo
ya les he dicho a los jugadores que la Selección debe ser una consecuencia y no
un objetivo. El objetivo es volver a ser campeón con el Porto al final de la
temporada”.
El buen Juan
Fernando está buscando
salir del Dragao
porque a estas
alturas su inactividad
solamente lo aleja
cada día más
del Mundial.
Diferente suerte ha
corrido Brayan Perea, calificado como
un fiasco en un principio, pero que
tras ser el
autor de un
doblete para la
Lazio en la
Copa Italia se
ha convertido en la sensación
del conjunto capitalino. Lo malo
para el delantero
es que sus
actuaciones con la
nacional han sido sombrías, es
por eso que
nadie da un
peso por él
de cara a
la gran cita
del balompié internacional.
Felipe Pardo es
otro atacante que
en los últimos días
se ha despachado
con un gol
para su equipo
el Sporting Braga. No se fue de
Colombia entre bombos y
platillos, es más, siempre fue
cuestionado por los
seguidores del DIM, sin
embargo, creo que Pekerman
lo tiene en
cuenta a pesar
que por encima
de él hay
otras opciones de
mayor calibre.
Elegido como
el mejor futbolista
de la Bundesliga
el año pasado. Adrián Ramos
intenta recuperar el
tiempo perdido y
volver a ser
ese delantero estrella
que alguna vez
antecedió a la época
Falcao. Fiel al
Hertha Berlín, el futbolista
originario de Santander
de Quilichao ha
sabido ganarse su
lugar sufriendo un
descenso y volviendo
a la elite
del fútbol alemán, viviendo en
el anonimato y
siendo reconocido recién cuando
los hinchas lo
colocaron por encima de Raffael y
Franck Ribéry. Toda espera laboriosa tiene
su recompensa.
Son solo
unos cuantos o
tal vez son
demasiados. Cuando la discusión
se enfrasca entre
Teo y Radamel, y
solo permite un
resquicio para la
aparición de Jackson, las
esperanzas suelen diluirse, aunque varios
goles en el
viejo continente pueden
darte la opción
de soñar. Al final, esto no cuesta
nada.
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