Paralelismos o
comparaciones. El marfileño y el juego
que desafía la
gravedad. Los españoles y
su civilizada furia. Los
argentinos se afilan
para el Mundial
y el ingeniero
recoge los trabajos
de un esquemático
y le da
al Manchester City
las posibilidades de
pensar en un
futuro europeo.
No quiero
hablar de títulos
o de si
la Champions debe
quedar al margen. También sería
iluso mencionar las
hazañas y negar
una realidad. Manuel Pellegrini
ha retocado un
conjunto que inició
un proceso con
logros locales, pero que
aún está lejos
de pensar en
triunfos internacionales. Hay
efectivos, eso es innegable. Quién puede
refutar el gran nivel de un
Yaya Toure, ayer un
apoyo, hoy el que
desequilibra. Fui un crítico
de Zabaleta, ojo no
es que ahora
sea el mejor
lateral, sin embargo, su evolución es
notable. Lo de David
Silva hay que
tocarlo con la
seriedad que conlleva. Altibajos, tal vez
por las lesiones, aunque su
protagonismo se ha
visto menguado los últimos
meses.
El equipo
juega a lo
que sabe. Puede sacar
centros con Kolarov
y Zabaleta, porque hay
un Edin Dzeko
que puede culminar. También construye, porque hay
un Agüero que
toca y define. Puede
rematar desde afuera
porque Nasri y
Toure saben hacerlo. Es
decir, hay variantes
para atacar, pero todavía
es insuficiente para
destacar en una
velada europea.
No quiero
eclipsar un título, solamente digo
lo que las
apariencias reflejan. Qué curioso, primero lo
encaminó un técnico
italiano, después vinieron las
compras resonantes, y hoy, un
chileno trata de
formar a los
que más adelante
protagonizaran una hazaña como la de Múnich. La Copa
de Europa lo
espera, la pregunta es, sabrán
o podrán llegar.
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