Ser
tan exclusivo también es un gran defecto. No hay o existen pocos que se adapten
a la cultura barcelonista, y no estamos hablando de independencia sino de un
estilo futbolístico que hace que los no nacidos en la Masía tengan escasas
chances de rendir en la ciudad condal.
Ronald
Koeman fue el último de aquellos que se hicieron dueño de la última línea
azulgrana. Después vinieron Miguel Ángel Nadal y el “Pitu” Abelardo, es decir,
hombres de recorrido que trataron de acomodar al portugués Fernando Couto y más
adelante al holandés Frank de Boer. Debemos decir que la zaga siempre fue el
talón de Aquiles de esta entidad, a tal punto que tras el retiro de Carles
Puyol se tuvo que improvisar al argentino Javier Mascherano en esa ubicación,
situación que no es del agrado del ex jugador del Liverpool que ha demostrado
su descontento y resignación de forma pública.
Entonces, qué podemos hacer ante
una circunstancia donde Marc Bartra no ve minutos con facilidad y sigue
barajando la opción de buscar nuevos horizontes. Y en el caso de Jeremy Mathieu
nadie puede soslayar que su presente no es bueno a tal punto que en la derrota
contra el Sevilla muchos lo hicieron responsable de los goles. Como poder negar
que el belga Thomas Vermaelen sea toda una incógnita, sobre todo tras su lesión
muscular que todavía lo mantiene inactivo.
Cuál
es entonces la solución para el barca. Fichar afuera no ha dado buenos
resultados y la cantera parece estar más infértil que nunca. Algunos dan como
antídoto la adquisición de un jugador con ancestros legendarios y con pleno
conocimiento de la liga española. Estas cualidades son difíciles de encontrar
aunque la figura de José María Giménez llama poderosamente la atención de los
ojeadores catalanes. Acaso no es verdad que el central uruguayo está
aprendiendo todas las mañas de su compatriota Diego Godín, y que su presente,
pese a sus 20 años, es sólido y confiado. Otra opción, pero casi imposible,
sería la del brasileño Marquinhos (21 años), un internacional que garantiza una
gran reacción, eficacia en el juego aéreo y la cualidad de adaptarse como
lateral derecho. Lo malo es que el Paris Saint Germain, uno de los poderosos
del continente, no desea vender a ninguna de sus figuras. Después podríamos
mencionar a John Stones del Everton, pero la pugna del Chelsea por el inglés
hace que su precio llegue a niveles extravagantes.
De
todas formas las alternativas son varias, sin embargo, las compras no
necesariamente son unos aciertos. El barca adolece de centrales a pesar que los
tiene. Hay hombres con una edad avanzada y de cara al futuro todo parece tan
incierto, pero ante una realidad esquiva es mejor tomar precauciones y tal
parece que los azulgranas han decidido poner coto a una vieja dolencia que
hasta el momento no encuentra cura.
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