domingo, 18 de octubre de 2015

Sueño o realidad



La emoción se vivía, como siempre, por todos los sectores del país. La alegría contagiaba y la emoción era algo imposible de evitar. A veces un pueblo espera lo mejor de su selección no mediando ningún tipo de pesimismo ni verdad, solamente aguardando que al fin esa luz de esperanza nos alcance y nos permita llegar a un Mundial.

El sueño está intacto, como una fidelidad extrema que cada día hace pensar que aún existen posibilidades. La realidad demanda un país sin trabajo en menores, con resultados esporádicos y con algunas pequeñas perlas que alcanzan el viejo mundo, pero que no olvidan sus añejas costumbres. Que jugador tenemos decía el conocido narrador, efectivamente, que jugador es Jefferson Farfán el único que puede amanecerse con su amada, ser condenado, y finalmente, ser absuelto porque anotó contra nuestros acérrimos rivales. Un torneo local mezquino y una Federación que buscaba un técnico impagable. Todo se confabula para hacer de este sueño una introducción a la pesadilla.


De qué sirve tener a un Paolo Guerrero que más resalte por su romance con Alondra que por su presente futbolístico. No lo hace mal en Brasil, pero de nuevo vuelve a imperar la idiosincrasia de la sociedad peruana. Acaso no es cierto que siempre tengamos esa desfachatez de postularnos a una clasificación a pesar de que somos junto a Bolivia la peor selección sudamericana. No hay que engañarnos a nosotros mismos. Chile se mostró superior a Perú porque es, precisamente, superior a nosotros.  No podemos ni siquiera rasgarnos las vestiduras, la verdad es que poseemos buenos elementos, pero es insuficiente para tentar una clasificación. Eso lo sabe Gareca, Burga, Pizarro y hasta el más intransigente de los hinchas, sin embargo, esta verdad se tiene que negar siempre porque si no se malogra todo el negocio.


Una cosa es guardar la esperanza y otra muy diferente hacernos tontos nosotros mismos. Pero ojo que esto tampoco justifica la carencia de educación de nuestros rivales porque pueden ser mejores en este momento, aunque tampoco pueden decirse que son los líderes del mundo. Chilenos y peruanos cobijan una vieja rencilla, no lo sé, yo que poco recuerdo de los actos bélicos solo puedo decir que si tanto dicen que somos civilizados, alguien puede explicarme porque no vivimos en paz. Es una lástima, pero al parecer hemos fracasado como seres humanos. 

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