Lejos están los días de
dominio absoluto y de trofeos a montones. Estamos en épocas de vacas flacas y
la carencia de mega estrellas, añadiendo el bajón del fútbol italiano, han
hecho que el Milan sea simplemente un animador intermitente del Calcio y un
ausente significativo del ámbito europeo.
No sé si pensar que el
balompié azurro se ha nivelado o sencillamente los antiguos grandes han dejado
de ser lo que eran. Ahora ya ningún jugador de los llamados “desequilibrantes”
ha llegado al Calcio. Claro que tampoco podemos negar las cualidades de cracks
como el argentino Lucas Biglia (Lazio) que soporta las tentadoras ofertas del
Real Madrid o del francés Paul Pogba (Juventus) que no ha permitido que el
Barcelona lo subyugue con sus dones. Pero esto es cosa de un momento porque al
final estos jugadores, como tantos otros, abandonaran la paliducha liga
italiana y terminaran vistiendo la camiseta de algún grande del fútbol inglés o
del balompié hispano. No tiene nada que ver que la Juventus sea subcampeón de
Europa, porque hay que reconocer las diferencias que tiene con el Barca. Ni
tampoco podemos decir que el Inter, pese a contar con Gary Medel, Iván Perisic
y Marcelo Brozovic, y ser líder de la Serie A, pueda hacerle frente al Bayern
Munich o al Paris Saint Germain.
Ya nada es igual y lo que le
sucede al Milan solo es un reflejo de lo que experimenta el fútbol de la
península. Acaso el reciclar al brasileño Alex es un refuerzo de peso. Nadie
puede negar por ejemplo que el brasileño Luis Adriano sea un buen jugador, pero
está a la altura de revalidar lo hecho por su compatriota Kaká. No podemos ni
debemos engañarnos. El Milan de hoy solo es un conjunto de media tabla, con un
delantero como Carlos Bacca que todavía no termina de adaptarse al país y un
velocista como M’Baye Niang que se ha escorado sobre la derecha para explotar
su velocidad, pero cuando aparece por el centro, sin los espacios necesarios,
termina perdiéndose en la maraña defensiva rival. Riccardo Montolivo dizque
lidera el mediocampo, mientras que el holandés Nigel de Jong suele dejar al
equipo lombardo en inferioridad numérica por sus entradas arteras, tal y como
sucedió el último fin de semana frente al Hellas Verona. El eslovaco Juraj Kucka no
ha encontrado su lugar y el técnico Sinisa Mihajlovic intenta remendar un
equipo a quien no le sobra nada. Los laterales quedan a cargo del estancado
Abate y del incisivo Mattía De Sciglio, y la presencia de Alessio Romagnoli no se
diferencia mucho de la titularidad de Phillipe Mexes.
Nada es igual y todo es
diferente. La trilogía holandesa es cosa del pasado y los experimentados del
2007 solo son un buen recuerdo. El Milan está pasando las de Caín y nada hace
presagiar un mejor futuro. No hay mucho dinero y por ende no existen demasiadas
posibilidades. El norte italiano ha perdido fuerza y lo peor es que el nuevo
campeón de Europa se coronará en sus tierras. Es una verdadera lástima sin
duda.
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