Era
un internacional fijo en su selección. Esa es la verdad era. Bueno, Camilo Zúñiga
ha dejado al fin el Nápoles y se traslada al Bolonia con toda la ilusión que
podría tener alguien que vera puerta después de tanto tiempo.
Su
popularidad había disminuido. Ya no era un indiscutible para su selección. Es
decir, había perdido de golpe todo lo que había ganado a base de esfuerzo. Una
operación lo alejó de los campos de juego y sin duda convirtió su presente en
una mala película puesto que desde allí empezó su debacle futbolística. Camilo
fue en su momento nombrado como una de los mejores laterales del mundo, fue
titular en Brasil 2014 y era un fijo en las convocatorias de Jose Pekerman.
La
actualidad demanda otra cosa. Ya no es aquel lateral izquierdo rápido e
imparable. Ahora se lo ve tocado, sin ese arranque de antaño, quizá es por eso
que en la selección otros nombres empiezan a sonar, tal es el caso de Johan
Mojica (Valladolid) y del local Frank Fabra (Independiente de Medellín). Bueno,
la realidad señala que Zúñiga tiene una nueva oportunidad para volver a
recuperar su nivel. El Bolonia es el club que lo ha elegido y él se muestra muy
satisfecho con su llegada.
“Bolonia
fue la mejor elección, estoy listo para jugar. Quiero jugar y divertirme en el
campo. No veo la hora de empezar”.
El
renacimiento de un crack siempre es bienvenido. Claro está que la inactividad
es un escollo, muchas veces, insoslayable para un jugador, pero todos guardamos
la esperanza que Camilo Zúñiga vuelva por los senderos del éxito y que por fin
regrese a ser ese indiscutible por el que todos se peleaban.
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