domingo, 5 de febrero de 2012

La precaución del Chelsea no pudo con su pasión

Para quien necesita desesperadamente los puntos es inconcebible arriesgar lo que con tanto esfuerzo costo conseguir. Sin Kalou y Drogba, ambos en la Copa África, el Chelsea recibía al Manchester United con la consigna de restar algunos puntos y por ende no renunciar a la ilusión de adjudicarse la Premier League.


Michael Essien le da otro soporte a la medular, el portugués Meirelles empezó a correr por todo el medio y como ya es su costumbre desdoblarse cuando la oportunidad lo permitía. Ivanovic y Bosingwa por las franjas, David Luiz y el debutante Gary Cahill por delante de Cech completaban el bloque del fondo de un conjunto cada vez más inseguro y con una significativa irregularidad.




Un primer tiempo donde una acción individual de Sturridge y la colaboración involuntaria de Evans coloco al cuadro local arriba en el marcador, resultado que no reflejo lo que se veía en el campo, con un Carrick maduro en sus movimientos y con la sapiencia in extremis del veterano Ryan Giggs para un Manchester que merecía la igualdad antes de irse al descanso.

Un penal no cobrado por Howard Webb contra Welbeck no hacía presagiar en lo más mínimo la desastrosa actuación del colegiado inglés. Hermosa volea de Juan Mata y un poco ortodoxo cabezazo de David Luiz para poner el 3 – 0 sorpresivo e inapelable. El inicio del segundo tiempo era el soñado para los “Blues” que prácticamente sentenciaban el juego dada la jerarquía de sus hombres.

Inocentada de Sturridge y Rooney de penal marcó el descuento. Obsequio de Webb en una falta que solamente él aprecio y nuevamente la pena máxima puso al United a tiro del empate. Que si Villas Boas es el nuevo Mourinho, al menos eso no se vio en este partido, en lugar de abroquelarse un poco y tratar de explotar los espacios con la velocidad de Malouda y Mata siguió en ese intercambio de golpes que solo beneficiaba a los de Old Trafford.

Ingreso tardío de Oriol Romeu para apuntalar las columnas del Chelsea, Rooney continuó girando a las espaldas de Essien y el “Chicharito” Hernández tocaba y se movía, armas letales para emparejar un partido que el Chelsea lo ganaba y lo dejó ir, algo repetitivo en la presente temporada.

Manchester City es inalcanzable, el United es el único que le planta cara y el Chelsea empieza a despedir una nefasta temporada y se enfoca totalmente en la Champions League, un torneo negado y donde sus falencias se hacen notar con mayor claridad.

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