La filosofía y
el estilo son
dos cosas distintas. Y
que me dicen
de la idiosincrasia
y las costumbres. Bueno, cambiar es
difícil, hay que tener voluntad
y una gran capacidad para
reinventarse. La interrogante
es si este
Barcelona puede suplir
el excesivo toque
horizontal por la
frontalidad que Luis
Enrique trae como
sello personal.
Claudio Bravo y Ter Stegen
para custodiar la
portería. Lagunas e indecisiones
para reforzar la
zaga. Luis Enrique ha
llegado para dejar
su marca desde
un principio. Esa imagen
que rememora un
ensangrentado jugador que
peleaba hasta la
extenuación y que
era capaz de
desafiar a la
grada sin ningún
tipo de contemplaciones. Así era
asturiano, hombre azulgrana y
merengue, y que fue
uno de los
últimos exponentes de
la famosa y
ya olvidada furia
española.
Hay que reemplazar
de a pocos
a los ídolos
de la era
Pep. Nadie es eterno
y pienso que
Luis Enrique debe
tomar las decisiones
que Villanova y
Martino dejaron de
lado en su
momento. Se fue Puyol y
nadie ha llegado. Alexander Song
no rindió lo
que se esperaba de él y
se ha tenido
que fusionar a
Mascherano y retrasarlo
de su posición
habitual. David Luiz no
pudo ser, Mats Hummels, está
en veremos, entonces, como afrontar
una campaña donde
está claro que
el Madrid, como plantilla, supera largamente
al conjunto blaugrana. Iván Rakitic
es un buen
aporte para la
medular, y ni que
decir de Luis
Suárez para la
ofensiva, pero nos preguntamos
qué pasa con
la defensa. Acaso no
es verdad que
Dani Alves ya
no es el
mismo de antes
o que Adriano
Correira no es
el lateral izquierdo
ideal. Por qué no se refuerza
una línea venida a
menos y humillada
cuando se tuvo
que enfrentar a los grandes
del viejo continente. Está claro
que Messi no es
capitán y que
en los momentos
complicados no sacará la
entrega que todo
famélico de gloria
expone.
Fabregas no tuvo
oportunidades y la
llegada de Gerard
Deulofeu parece un
intento por congraciarse
con los detractores
que criticaron la
salida de varios
canteranos. Lo cierto es, y
nadie puede negarlo, que
los que empujan
desde atrás no
tienen la misma
calidad que los
héroes de Wembley. Que
la directiva, cuando se
trata de fichajes, ha
errado, y no por
la falta de
dirección al momento
de elegir, sino porque
el estilo barcelonista
es tan cerrado
que tal parece
que adaptarse requiere
haber nacido dentro
de la cuna
catalana.
Afuera las pasiones
y los gustos. Luis
Enrique tiene por
delante una titánica
tarea, que no requiere
de preferencias o
nostalgias, porque todo tiempo
pasado fue mejor, aunque
esa premisa no
puede ahogarnos en
una historia que
ya es historia.
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