sábado, 3 de enero de 2015

Cuando la muerte desconoce a los inmortales



Llega cuando menos lo esperas y no viene cuando tanto lo añoras. La muerte ha pesado en el 2014 y aliado con el tiempo se ha llevado entre sus brazos a grandes glorias del balompié. Desconociendo ruegos y creyendo que sus actos dejarían en el olvido hechos que marcaron las épocas de tantas generaciones.

Esta goleando en el cielo y ya casi nadie lo recuerda. Su estatua en Lisboa es un estandarte y sus goles, pocos vistos, son solo una muestra en blanco y negro que se puede ser un grande y no mostrarse en HD. Eusebio murió a los 71 años, pero será añorado por siempre.


Hablan y hablan de Ronaldo y este modelo CR7 nunca podrá compararse a Don Alfredo Di Stéfano. Se negaba a morir y todo indicaba que jamás nos abandonaría, pero la muerte, que no respeta a los ídolos, se llevó para siempre y nos dejó solo el recuerdo de quien hizo las delicias de un Real Madrid cuyos cimientos mucho tuvieron que ver con la famosa Saeta Rubia.


“El fútbol es impredecible porque todos los partidos empiezan cero a cero”. Vujadin Boskov declamaría hoy que la muerte es mucho más impredecible. Lo envidio porque en el mundo de los sueños este estratega encontró la paz, no sin antes dejar un legado importante. “Fútbol es fútbol”. Imposible olvidarlo maestro.




La muerte es para muchos despreciada y para otros una salida. Negada y rechazada, nadie puede vapulear su poder, aunque cuando se trata de legados, ni la misma parca puede contra los goles y enseñanzas de quienes vivieron por algo, y no como nosotros, simplemente por nada. 

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