Cuando los errores se cometen de nada valen los
arrepentimientos. El Manchester Utd acusa una temporada irregular, dejando como
saldo un derroche de dinero en fichajes y un equipo que aún no termina de
cuajar las ideas de su técnico. Aquí repasamos algunos escollos que el holandés
no ha podido esquivar.
Llegada tardía a Old Trafford. Bien sabido es que Holanda
llegó a las puertas de la final mundialista, sin embargo, nadie habló del
desgaste que pudieron afrontar tanto Louis Van Gaal como algunas de las nuevas
adquisiciones. Por ejemplo, Ángel Di María y Marcos Rojo iniciaron la campaña
lejos de suelo inglés y con el torneo en curso tuvieron que adaptarse. Sin olvidarnos
que el ex jugador del Sporting Lisboa tampoco es una lumbrera.
Línea de 3 para
comenzar y defensa de 4 para terminar. Un conjunto formado al estilo Ferguson
no puede pretender de la noche a la mañana efectuar una metamorfosis, y que los
triunfos lleguen sin el más mínimo trabajo de campo. Ahora se apuesta por los
extremos, con Rooney fungiendo de creativo y con un Fellaini pisando área rival
con frecuencia. Rotaciones excesivas y centrales sin la experiencia adecuada,
han arrastrado a un fatigado Daley Blind y al español Ander Herrera, que
infortunadamente no se ha convertido en el conductor de un equipo que no sabe a
lo que juega.
El colombiano Radamel Falcao merece unas líneas aparte. A
quién se le ocurrió fichar a un jugador que volvía de una lesión tan grave. Creo
que cualquiera sabía que este ejercicio serviría para que el ex jugador del
Mónaco recuperara su nivel, y que no estaba listo para afrontar el desafío de
sacar de la cuneta a un Manchester que luego de la despedida de Sir Alex
Ferguson navega a la deriva por el balompié inglés.
Sin Europa y sin trofeos a nivel local. ¿Qué hacer? Pues pienso
que hay que tomar decisiones y definir un rumbo, puesto que lo que ha hecho los
de Old Trafford esta temporada es guiarse de la moda y echar por tierra el
trabajo formativo que duró más de 20 años. Que si Van Gaal debe continuar, no
lo sé, aunque en cualquier latitud sus números ya lo hubieran alejado del
vestuario. Felizmente el United no es cualquier latitud.
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