Han pasado tantas cosas, desde un terremoto devastador hasta casos de indisciplina. Desde un técnico que probaba suerte en el Perú, hasta una figura que estrella su auto sin contemplaciones. Han pasado tantas cosas, sin embargo, después de algunas horas, y ya con la novedad digerida, nadie podrá negar que Chile es el nuevo monarca continental, y tal como lo grito Gary Medel, son Campeones de América.
En mi patria dicen que todo
fue arreglado, la verdad es que me cuesta creerlo. Algunos hinchaban por
Argentina, y todo por la maldita guerra del Pacifico. No es que no sea
nacionalista sino que todo tipo de violencia es condenable, y pienso que de
esta debe nacer la conciliación y no el rencor. Me da gusto saber que Chile
alcanzó el éxito después de tanto tiempo. Realmente es una gran generación que
merecía darle a su país un título, y no lo digo por condescendencia, puesto que
hay logros que absorben y otros que son realmente patentados.
Vidal y su presencia, Medel y
sus entradas y Bravo con su seguridad. Todos han sido condimentos necesarios para
que hoy Chile pueda celebrar su primera copa. Y como olvidarnos de Eduardo
Vargas y los goles importantes, de Mauricio Isla y su lucha en el medio, y principalmente,
de Alexis Sánchez que ya ha entendido que el fútbol es un deporte colectivo y
no una vitrina para mostrarse individualmente.
No sé si su estilo es el mejor
de todos o sí las circunstancias lo acompañaron. Todo es un cumulo de
situaciones que unida a la calidad de los jugadores y a la sapiencia de Jorge
Sampaoli hicieron de Chile una selección de respeto, que hoy por hoy, y sin
dudas, puede tutearse con cualquier combinado del mundo.
Salud a los nuevos campeones y desdén a las envidias ajenas. Hoy domingo 5 de julio me he despertado con la sensación que todo es posible, porque puede ser que los aires sean las falencias chilenas, pero también es verdad que toda esas sensaciones ayudan a mejorar día a día. No quiero reverdecer viejas rencillas, ni deseo exponer comentarios desatinados. Hoy existe un nuevo campeón y solo eso contará la historia por los siglos de los siglos.
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