Fue una goleada y no
porque vimos a un Bayern Munich avasallador. El cuadro alemán hizo lo suyo,
pero el Arsenal demostró una pasividad desesperante que no se comprende si el
cuadro inglés vino a competir o solo para cumplir.
Al parecer ya es un
trauma. Tal parece que jugar en el Allianz Arena es una tortura para el Arsenal
que el día miércoles simplemente vio como nuevamente el Bayern lo pasaba por
encima. Lo del campeón alemán fue conocido. Una línea de cuatro donde Philip
Lahm y el austriaco David Alaba tenían una subida constante por las bandas. Esto
le permitía al holandés Arjen Robben buscar siempre la jugada por dentro tal y
como sucedió en el primer gol cuando tras una diagonal definió con un remate desde
fuera del área. Esta jugada nunca pudo decifrarla el conjunto inglés. Se sabía
que ante la subida de Lahm o la aparición de Douglas Costa, Robben buscaría
penetrar en diagonal. Interesante movimiento el del brasileño puesto que no se
limitaba a trabajar por la izquierda sino que se movía por los tres cuartos de
campo mostrándose para el toque. Alaba se encargaba de mantener ocupado a
Bellerin en la franja derecha del Arsenal.
Curiosamente cuando
todo pintaba bien para el Arsenal puesto que Alexis Sánchez empató el juego
tras corregir un penal mal cobrado, una nueva oportunidad se le presentó al
final del primer tiempo al chileno que no pudo vencer a Manuel Neuer y que
resigno una muy buena ocasión de ponerse por delante en el marcador. El inicio
del segundo tiempo fue terrible para las huestes inglesas. La lesión Koscielny,
reemplazado por Gabriel, y una nueva subida de Lahm en combinación con Robben
derivó en un centro preciso que Robert Lewandowski cabeceó ante la pasividad de
Mustafi. Era el dos a uno pero el Arsenal ya parecía estar fuera del partido.
Minutos después una
jugada iniciada por Thiago Alcantara que tocó el balón e hizo la diagonal
permitió que Lewandowski se luzca nuevamente con un taco para habilitar al
español que definió ante la mirada de Mustafi y de Gabriel que nunca adivinaron
una jugada tan sencilla. El propio ex jugador del Barcelona marcó el cuarto gol
cuando el rival ya se había entregado completamente. El quinto tanto fue obra
del ingresado Thomas Múller. Gran trabajo de Xabi Alonso en la medular junto al
chileno Arturo Vidal, mientras que Javi Martínez, defensor central en este
partido, también hizo temblar a los ingleses cuando se sumaba en las jugadas a
balón parado.
El Bayern Munich
definió la llave jugando a placer. El Arsenal trató de jugar a la contra, pero
no supo aprovechar las escasas oportunidades que tuvo y aparte de eso muchos de
sus jugadores estuvieron ausentes dentro del campo de juego. Ahora no se sabe
que será de este equipo puesto que tras las declaraciones de Arsene Wenger, “Decidiré
si continúo en Marzo o Abril”, todo hace suponer que el final de un ciclo ha
concluido. Hasta el más paciente del mundo termina por cansarse algún día y
esto le está pasando a Wenger, la hinchada, y dirigencia Gunner.
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