Es el mejor del fútbol africano, al menos eso dice el papel, pero no estará en Rusia 2018. Camerún será uno de los ausentes más sentidos en la próxima Copa del Mundo y dejará en casa a una cantidad de jugadores que militan en el balompié europeo y que tan solo hace unos meses llevaron a los leones indomables a coronarse campeón de la Copa Africana de Naciones, la famosa CAN.
Por qué, cuál es el motivo. Qué paso. No fue suficiente contar con Vincent Aboubakar en la delantera. No sirvió de nada su experiencia en el Porto y ahora en el Besiktas. Y que decir de André Onana, el portentoso arquero del Ajax, y de Collins Fai (Standard Lieja). Bueno, solo son tres jugadores y no basta para llegar a la Copa del Mundo. Pero solo esto fue suficiente para ganar la Copa África. No pues, no voy a ser mezquino a esta altura de mi vida. En la defensa de Camerún están el pasado y presente del equipo. Nicolas N'Koulou, experimentado central del Lyon. Gran paso por el Marsella y presente en tres mundiales.
Columna vertebral experimentada, pero el anarquismo que suele imperar en el fútbol africano ha terminado por sepultar a una selección a quien después de ganar el cetro continental todos veían en el Mundial. Al margen queda lo bien que lo está haciendo George Mandjeck en el Sparta Praga o que Stephan M'Bia (Hebei Fortune) continua vigente a pesar de encontrarse en el fútbol chino. Camerún no pudo imponerse a Nigeria y ha tenido que conformarse con su eliminación. Nos perderemos entonces de ver Sebastien Siani (Oostende), André Zambo (Marsella), y a Edgar Salli (Nuremberg). Peor todavía no sabremos si esta nueva generación de leones estaba a la altura de una Copa del Mundo.
Eliminada y completamente confundida. No sabemos si Hugo Broos continuará al frente del equipo o si como suele pasar vendrá otro europeo para intentar cambiar el rumbo. Camerún vive en la anarquía y a la larga el vivir sin parámetros lo llevará nuevamente al fracaso.
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