La historia de Koeman terminó en desastre

A principios de temporada nada hacía presagiar tal debacle. El Everton ha caído trágicamente y los resultados tanto en la Premier como el la Europa League han concluido con guillotinar a Ronald Koeman, hasta hace unas horas entrenador de los 'Toffees'. Ni la vuelta de Wayne Rooney ha podido salvar al estratega holandés que deja el club en lo más profundo de una crisis futbolística. 

Dantesco presente el que vive el Everton cuyos fichajes millonarios no han logrado cuajar rápido haciendo ver al equipo con poco poder ofensivo y una preocupante endeblez defensiva. Ya se sabía que iba a ser inevitable retener a Romelu Lukaku, si no era el Chelsea iba a ser el Manchester United, y finalmente, fueron los 'Red devils'. 85 millones de Euros que se alojaban en las arcas del club producto de la venta del atacante belga, y con muchas posibilidades de armar un equipo fuerte para afrontar el reto europeo. No sucedió como se pensaba. El español Sandro Ramírez, el holandés Davy Klaassen, y el islandés Gylfi Sigurdsson, fueron los estandartes de una larga lista de jugadores que llegaron para reforzar el equipo. Lo real es que esto no dio resultado.

Ni siquiera ha sido un revulsivo la llegada totalmente gratuita de Wayne Rooney, ni la del prometedor Nikola Vlasic. Todo ha quedado en ilusiones puesto que los de Liverpool solo han conseguido 8 puntos de los 27 que se han disputado en la Premier, cifra bastante pobre para un conjunto que invirtió 160 millones de Euros en fichajes para esta temporada. En la Europa League tampoco ha sido distinto. Un solo punto de nueve jugados y fue ante el humilde Apollon chipriota en calidad de local.

"Estoy muy orgulloso de hacerme cargo de este maravilloso equipo. Prometo dar todo lo que tengo para devolver al Everton a la senda de la victoria".

Ahora llega David Unsworth para intentar salvar el barco. El ex defensor sabe que hay que ganar lo que viene sino la desazón terminará por arrebatarle la poca confianza que en este momento tiene la plantilla. El Chelsea es el rival a vencer y no será nada fácil hacerlo. La derrota catastrófica ante el Arsenal solo deja ver a un equipo que todavía no encuentra el equilibrio y que necesita de varios días para poder ordenar la casa. Lamentablemente el calendario no da tregua y el Everton tendrá que reponerse casi de inmediato.

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