jueves, 26 de noviembre de 2020

Diego no pudo ser eterno y la muerte al final le ganó la partida

Hay una cosa muy clara respecto al fallecimiento de Diego Armando Maradona, el fútbol tiene demasiada injerencia en el mundo entero. No es casualidad que todos lamentan la partida del astro argentino y que vean en su vida un reflejo de la propia. Nacido en cuna pobre y llegando a lo más alto teniendo como herramienta a su maravillosa pierna izquierda. No pertenece a la mitología por más que un periodista así lo diga. Tampoco tenía toda la razón en todo lo que decía. Fue un gran jugador y de eso no hay duda, pero era un ser humano y en ese plano la muerte lo ha tratado como a todos lo hace.


Solo tenía 8 años cuando Maradona tocaba el cielo en la Copa Mundial de 1986. Después supe de su hazaña y de su mal llamada ‘Mano de Dios’ porque no puede compararse un pasaje de un juego con una frase tan divina. No era Dios, por más que algunos quieran verlo así. Era un ser humano y de allí sus errores en su vida personal. En 1990 lo vi mucho más claro y ya sabía de la derrota ante Camerún y el pase milimétrico hacía Caniggia para que el ex jugador del Atalanta batiera a Claudio Taffarel.

Fue un grande en el fútbol, que quede claro, pero también tuvo excelentes acompañantes. Recién muchos pueden reconocer su histórico paso por el Napoli dándole la contra al poderoso Milan de Gullit, Rijkaard y Van Basten. Ciro Ferrara, Alemao, Gareca, Fernando de Napoli, entre otros hicieron que el humilde club del sur de Italia ganara la Serie A y le diera su única Copa Internacional, la UEFA de 1989.


No pudo manejar la fama y el dinero y eso es evidente. Las drogas mellaron su vida y sus frases, algunas veces detractoras, causaron mucho revuelo. Eliminó a los italianos en su Mundial e insulto a este país cuando pifiaron el himno argentino. Fracasó en Barcelona y en España 82 y marcó una época cuando en 1994 diciendo que le cortaron las piernas. Se equivocó, porque ni la FIFA o algún rival le obligó a que se dopara. Aun con todo esto fue uno de los más grandes y todo un ídolo para su pueblo.

Maradona ha muerto y esa es la noticia. Ya no más goles o frases. No más juzgamientos a los caminos que tomó o a su efímera carrera como técnico. Prefiero quedarme con la imagen del gran jugador que deslumbró en México 86 y que triunfó con el Napoli. Prefiero recordar sus goles y su espíritu de lucha y dejar de lado todo lo demás. Prefiero recordarlo como ser humano porque hoy la muerte le demuestra a todos que no era un Dios y que tarde y temprano se iba a ir de este mundo.

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