A pesar de su clasificación a la próxima Eurocopa parece que la reafirmación del combinado escocés todavía está incompleta. Escocia era una asidua participante de las copas mundiales y el estar ausente desde 1998 no hace más que refrendar el enorme bache que ha tenido este equipo que siempre prometió y nunca cumplió. El combinado britanico nunca jugó a la altura de sus individualidades es por ello que hoy, con un equipo donde hay más obreros que estrellas, se puede decir que están alcanzando el equilibrio suficiente para pelear una eliminatoria donde una serie de empates demuestra que no será nada fácil llegar a Qatar 2022.
Si antes teníamos en una alineación a Kenny Dalglish (Ex Liverpool) o a Kevin Gallacher (Ex Blackburn Rovers) ahora podemos afirmar que Escocia hace gala de un conjunto sólido donde impera el juego colectivo más que alguna pincelada de un artista. Por ejemplo, la banda izquierda es todo un lujo gracias a la presencia de Kieran Tierney (Arsenal) y John Robertson (Liverpool). Recordemos que el técnico Steve Clarke juega con una defensa con tres centrales y dos carrileros. Grant Hanley (Norwich City) y Jack Hendry (Oostende) completan la última línea, mientras que Stephen O'Donnell (Motherwell) transita por la franja derecha. Experiencia en abundancia con 4 elementos que se ganan la vida en la Premier League.
Callum McGregor (Celtic), reemplazo de Scott Brown tanto en el cuadro católico como en la selección es el acompañante en la medular de la figura del equipo, nos referimos a Scott Mc Tominay (Manchester United), presente y futuro del combinado escocés. Ambos jugadores son los encargados de dar el equilibrio en el mediocampo. John McGinn (Aston Villa) y Ryan Fraser (Newcastle) son los soportes de Che Adams (Southampton), nuevo goleador escocés.
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