miércoles, 16 de febrero de 2011

Fenómenos retiros , morenas roturas

La semana no se apertura de una manera muy grata. Sin permitir ni siquiera un resquicio para el regocijo, todo lo contrario, tan solo nos queda hablar de retiros, roturas y acciones bélicas.

Añejos gladiadores se enfundan en los pasillos del llanto. Ya sin libertadores a la vista, el otrora “Fenómeno” Ronaldo se despidió en un mar de tristezas y con la venia de los que algunas vez disfrutamos de sus apiladas y definiciones quirúrgicas.


Seria emular plumas ajenas hablar de sus consagraciones y registros, prefiero quedarme con la imagen del gol al Compostela, donde era sin duda la principal estrella del conjunto del ya desaparecido Bobby Robson.

Evocar su tándem con el simbólico Iván Zamorano, ya sea con Djorkaeff en el enlace o con Roberto Baggio como surtidor. Tanto que decir, tan poca creatividad.

Hernán Darío Gómez tiene la complicada misión de reconstruir la selección colombiana. ¿Cuál será la mejor receta? La sazón del odontólogo Maturana o el pragmatismo de un Jorge Luis pinto.

Mario Yepes en el Milan , Zapata en el Udinese, Radamel Falcao en el Oporto, Hugo Rodallega en el Wigan e Iván Córdoba en el Inter. Son tantos y existen tan pocos puestos.




En Racing de Avellaneda se desempeña un muchacho apellidado Moreno, de nombre Giovanni ¿Colombiano? Por supuesto, de donde más. ¿Y que hay con él? Delicias a borbotones, malabarista del balón, mediapunta, espigado y con carácter.

Rotura de los ligamentos cruzados, de 6 a 8 meses fuera de las canchas. Un presente desastroso, un futuro incierto. Sin más comentarios, eso lo dejo para los especialistas.

La Champions League traía consigo un duelo apetecible. El líder del calcio el Milan, contra la revelación inglesa el Tottenham.



Gol de Peter Craouch tras arranque vertical de Lennon – como lo dejo a Yepes – cabezazo de Gatusso a Joe Jordán, correcto, al gran cabeceador escocés de los 70 y ex jugador del Manchester Utd y Milan. Rememorando viejas luchas, reviviendo bochornosas acciones.

El destino se aproxima, es mejor detenerse y volver a la espera de un recital barcelonista o un concierto gunner, lo que venga primero me doy por bien servido.

Hasta mañana.

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