Venezuela y Argentina
son los próximos
rivales. Que si Guerrero
está apto o
si Pizarro tiene
el compromiso en la
piel. Markarián sabe de
las posibilidades pero
también conoce de
las carencias.
Sabe que Venezuela
tiene en Vizcarrondo
un central casi inexpugnable.
Que Arango es
un peligro con
sus remates de
larga distancia y
que Rondon es
de aquellos delanteros
con oficio más no
con infalibilidad.
Pero Perú tampoco
puede alardear. Acaso no
es cierto que defensivamente somos
muy endebles y
que las franjas
carecen de los
dotes de marcaje
necesarios para
llegar a un
mundial. No tenemos laterales
ni volantes de
primera línea que
nos garanticen una
salida limpia y
criteriosa. Tampoco hay
centrales, más si tomamos
en cuenta que
Alberto Rodríguez es un jugador
demasiado frágil.
Aires eliminatorios
abordan las entrañas
de un país
ilusionado. De un país
que muestra su
fervor con largas
noches de espera, como
si la fantasía pudiera
más que la
lógica.
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