Hablar de millones
es exagerado y
más cuando la
cifra supera el
centenar. Malo en las
matemáticas pero aficionado
al balón. Soy del
tiempo de Hughes
y de Rush, pero
ahora aparece un
Gareth Bale que
ya no quiere
jugar por el
Tottenham y hace
todo lo posible
por aterrizar en
el Real Madrid.
Villas-Boas
está cansado, y como no
estarlo cuando tu
mejor jugador ha
pasado de ser
un aporte a un problema. En
Londres ya no
se habla de
una clasificación a
la Champions o
de postular a
un título de
Premier. Todo es Bale y
nada más que Bale. Que
se niega a
jugar, que se sorprende
porque todavía no
es del Madrid, que
vale 124 millones. Tantas cosas.
Bueno, todo
está bien, al menos
para la prensa
y también para
el galés. Unos venden
y otros ganan, pero
la historia desconoce
precios y aborda
calidades. Mark Hughes fue
del Barcelona, Bayern Múnich
y Manchester United. Que
tal constancia de
trabajo. Lo de Ian
Rush no fue menos.
Campeón de Europa
con el Liverpool
y un breve
paso por la
Juventus. Ryan Giggs es
Ryan Giggs. Lo ganó
todo con el
Manchester Utd. Neville Southall fue
arquero del Everton
por 17 años. El
finado Gary Speed
fue campeón con
el Leeds United, mientras que
Craig Bellamy supo
ponerse a la
orden del Liverpool, Newcastle y
Celtic.
Dicen que hay
un galés que
es el mejor
de la historia. Mentira, hay varios
galeses que marcaron
época. El dinero puede
ponerle precio a alguien, pero
no puede negar
lo que en
los campos se
pudo apreciar.
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