Lejos
están los pagos para evitar un reclamo o los casi casi. Lejos están los días de
Jack Charlton o de Mick Mc Carthy. Este es el presente, la República de Irlanda
se ha clasificado a la Euro, y por fin deja atrás ese maleficio que le impedía
llegar a las grandes citas.
Dos
de goles de Jonathan Walters (Stoke City) y la Bosnia de Edin Dzeko (Roma)
tiene que conformarse con ver la Euro por una televisión. La ida fue un partido
que prácticamente definió todo, empate a uno y la posibilidad de sellar el
boleto en Dublín. Martín O’Neill sabía que esta era una gran oportunidad. Sabía
que no podía dejar pasarla, por más que enfrente estaban los legendarios del
fútbol bosnio, aquellos legionarios de garbo caminar y de una experiencia
infinita. Y no solo es Dzeko, el campeonato europeo no podrá ver en acción a
Miralem Pjanic (Roma), a Senad Lulic (Lazio) y al arquero Asmir Begovic
(Chelsea). Es decir, estamos ante un combinado que reúne talento y recorrido.
Pero no estamos acá para hablar de los caídos, debemos centrarnos en los héroes
del balompié irlandés.
Un
4 – 4 – 2 donde el típico estilo británico no brilla como en antaño. El arco
había que confiarlo en los experimentados es por ello que no se ha dudado en
compartir esta demarcación entre el eterno Shay Given (Stoke City) y el maduro
Darren Randolph (West Ham). Una línea defensiva donde esta vez no se ha
alineado a John O’Shea, sino que fue conformada por Seamus Coleman (Everton)
como lateral derecho y Robbie Brady (Norwich City) marcando la punta izquierda.
Mientras que por delante de Randolph se ubicaban Ciaran Clark (Aston Villa) y
Richard Keogh (Derby County). Un centro del campo correoso y solidario
comandado por James Mc Carthy (Everton) y por Glenn Whelan (Stoke City),
dejando las bandas al protagonista de la noche Jonathan Walters y al jovencito
Jeff Hendrick (Derby County). Y para chocar contra Emir Spahic (Hamburgo) y Ervin
Zukanovic (Sampdoria) quien mejor que Daryl Murphy (Ipswich Town), un
desconocido que ya empieza a ser conocido. Y en la mediapunta completa el
equipo Wesley Hoolahan (Norwich City), otro de los de fama incipiente que
seguramente ya tiene asegurado un pase a un club más grande del fútbol inglés.
Mención
especial para el veterano Robbie Keane (Los Ángeles Galaxy), un delantero cuyo
aporte es importante para el equilibrio de un seleccionado que empieza a
renovarse. El ex jugador del Inter de Milan ha sabido ser suplente y apoyar
desde el banquillo a sus compatriotas.
Se
ha cosechado lo que se ha sembrado. Nadie puede estar ajeno al trabajo y jamás
se pueden soslayar las etapas. Irlanda se ha ganado a pulso su billete para la
Eurocopa y a pesar que sabe que el favoritismo le es esquivo, ninguno de los
seleccionados desea enfrentar a la amenaza verde, un conjunto que se las trae y
que no será fácil de maniatar.
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